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Año 11 #130 Agosto 2025

Manifiesto geotecnopolítico 0.1

Aparecido en Revista Barda
https://arqueologiasdelporvenir.com.ar/articulos/manifiesto-geontecnopolitico-0-1/

 

Estamos viviendo una transformación del mundo que produce una profunda vacilación de todas las certezas. Las causas de esta vacilación son dos: el cambio climático antropogénico destituye la naturaleza como telón de fondo volviéndola profundamente inestable y la creciente mediación tecnológica produce una aceleración de todos los órdenes de la vida. En este mundo, la política está sufriendo un proceso de rápida y acelerada transformación que exige una reformulación de sus vocabularios y prácticas. Seremos contemporáneos de nuestra época si somos capaces de inventar esta política.

La invención política supone siempre la articulación de la imaginación de futuros y la herencia de una tradición. Sólo será posible alojar una nueva política si se recuperan tradiciones de pensamiento sobre la ecología y la tecnología formulados por un pensamiento radical latinoamericano. Sólo existirán futuros abiertos si activamos una imaginación a la altura del presente. Heredar aquellas tradiciones que enseñan que ni la naturaleza ni la tecnología son meros objetos o herramientas de las decisiones políticas sino que definen otra política. Abrir la imaginación de múltiples futuros que restituyan la posibilidad de un mundo deseable. Para ello, es necesario pensar la mutua determinación entre política, naturaleza y tecnología.

  1. Definir el mundo

 

  1. Asistimos a una gran transformación que está engendrando un nuevo mundo. Esta transformación tiene dos causas: a) todo aquello asociado a la naturaleza está sufriendo cambios que producen una inestabilidad primordial. Cambio climático, calentamiento global, devastación ambiental son solo marcas de una era alojada en el nombre Antropoceno. b) todo aquello asociado a la tecnología está produciendo un cambio del mundo originado en la consolidación de las mediaciones computacionales ubicuas que aceleran las formas de vida y generan un orden algorítmico de lo existente.

 

  1. Esta gran transformación se origina en una doble ruptura. Ya no es posible definir un mundo social o cultural con independencia de las mediaciones tecnológicas o los procesos naturales. Se destituye la ilusión de un mundo social/cultural autónomo. Ya no es posible definir un mundo exclusivamente desde la acción del ser humano. Se destituye la ilusión de la excepcionalidad de lo humano. Estamos ante la emergencia de un mundo que se define por el entrelazamiento de humanidad, tecnología y naturaleza. Por ello es necesario inventar nuevas palabras: porque existe un entrelazamiento que busca sus nombres.

 

  1. Se pueden buscar múltiples orígenes históricos de la gran transformación. Toda búsqueda de un origen restituye la ilusión de una única ruptura y un límite claro. El mundo contemporáneo se define por algo más radical: tiempo y espacio dejaron de ser categorías a priori para ser modificadas por los mismos procesos tecnológicos y naturales que atravesamos. Ya no es posible situar porque tiempo y espacio dejaron de ser definiciones de un contexto para ser un material inestable pasible de transformación.

 

  1. El mundo contemporáneo escapa a las posibilidades de conocimiento e imaginación del ser humano “natural”. La tecnología del aprendizaje maquínico permite, a través del reconocimiento masivo de patrones, producir formas de conocimiento inéditos en la historia humana. La apertura a ontologías de existentes no-humanos, a través de infinitas historias, produce formas de conocimiento inéditos de los múltiples mundos en el mundo. La combinación de aprendizaje maquínico y ontologías múltiples transforma drásticamente la capacidad de percepción del mundo.

 

  1. La vida psíquica y social, las formas de subjetivación y socialización, están atravesando un momento disruptivo, signado por una creciente discrepancia entre las velocidades de la evolución técnica y desmantelamiento de la naturaleza, por un lado, y de la construcción de herramientas conceptuales, necesarias para darle sentido y orientarlas, por el otro. Estamos ante la emergencia de un nuevo sujeto: audiencias móviles de identidades precarias dispuestas a la guerra. Estas audiencias están exhaustas (por la ausencia de tiempo), enojadas (por diversas frustraciones) e inmersas en una batalla (contra cualquier orden existente).

 

  1. En este nuevo mundo ha emergido una propuesta política de nuevo cuño: una derecha radical que funda su posición en una guerra contra la catedral progresista en la cual el mundo ya no puede alojar a todos. Se quiebra cualquier suelo común en la fantasía de la huida hacia otros planetas. Esta derecha supone una alianza sin precedentes entre capitalismo voraz, conservadurismo cultural y nuevas tecnologías. Ha sido, hasta ahora, el único lugar donde se vehiculiza el creciente malestar contemporáneo. El final de la ilusión del progreso infinito y la imposibilidad de las democracias actuales para mejorar las condiciones de vida de las grandes mayorías se canaliza en un resentimiento que encuentra su forma en la incorrección política.

 

  1. La simbiosis entre redes digitales y movimientos políticos ultraconservadores es sin embargo contingente, propio de un momento específico de la evolución técnica y de las tradiciones políticas. Nuestra única tarea es inventar una política radical que confronte con la derecha. Una política que pueda vehiculizar el malestar contemporáneo mostrando su posibilidad de transformación. Existen dos condiciones para formular esta política radical para este mundo: abandonar una mirada instrumental de las tecnologías computacionales actuales y abandonar una mirada de la naturaleza únicamente como recurso. Ambas dimensiones tienen que comprenderse como constitutivas de un espacio político que abra posibilidades emancipatorias. Nos mueve la necesidad de inventar un antagonismo político frente a la derecha radical.



  1. Heredar tradiciones

 

  1. La invención política que exige el presente sólo encontrará lugar si somos capaces de heredar un conjunto de tradiciones latinoamericanas que supieron articular política, naturaleza y tecnología en un sentido emancipatorio. De hecho, buena parte de los problemas urgentes del mundo actual son para esta región del planeta formas de su pasado. Una región que se conjuga siempre en futuro anterior.

 

  1. La primera tradición que heredamos es aquella que en las décadas de 1960-70 en distintos países de Latinoamérica produjo una articulación entre el pensamiento científico y tecnológico y proyectos de desarrollo que no necesariamente adoptaban las pautas prescritas por las potencias mundiales. Fue un movimiento multidisciplinario, conceptualmente innovador y con compromiso político. Para esta tradición, las transformaciones tecnológicas son una oportunidad para renovar las herramientas políticas y proponer nuevas posibilidades de cambios. Ejemplo de esto fue el desarrollo de modelos numéricos que permitían vislumbrar posibilidades de evolución social o los sistemas de toma de decisión distribuida —como Cybersyn— que fomentaban la democratización radical de los espacios de trabajo.

 

  1. La segunda tradición que heredamos es aquella que tempranamente supo identificar que las disputas en esta región fueron siempre por la tierra. La misma constitución de una región latinoamericana supone la articulación entre extracción de recursos naturales y despojo de poblaciones indígenas. Siempre estuvo en juego formas de apropiación de los llamados recursos naturales en vistas a un desarrollo como promesa incumplida. Para esta tradición existe una memoria inscripta en los estratos del suelo: en América latina nunca fue posible pensar la naturaleza como telón de fondo de las acciones políticas, aquí siempre fue objeto de disputas. Como si el Antropoceno en esta región fuera una cuestión del pasado. Por ello es necesario recuperar los imaginarios políticos que inscribían en el mismo territorio la posibilidad de una justicia por venir.

 

  1. El desafío actual es producir una articulación entre estas dos herencias mostrando cómo los avances tecnológicos siempre implican una disputa por el suelo (una geopolítica de los minerales) y cómo los territorios siempre son definidos por disputas entre tecnologías (precisamente cuando se trata de desactivar su concepción uniforme: hay que mostrar siempre la fragmentación de cosmotécnicas).



  1. Multiescalaridad de la tecnología planetaria

 

  1. El gran desafío que presenta el Antropoceno es el carácter múltiple de las crisis existentes. Esto es nombrado actualmente como policrisis: crisis ambientales, crisis de desigualdad, crisis de migraciones, etc. El principal desafío de la policrisis es abordar la reformulación de las escalas temporales y espaciales. Hoy es necesario pensar en un espacio planetario y en un tiempo profundo. La pregunta es qué herramientas disponemos para pensar múltiples escalas.

 

  1. Los desarrollos tecnocientíficos en las décadas de 1960-70 se asentaron en un aprovechamiento de los aún escasos recursos computacionales. Los modelos matemáticos numéricos y cibernéticos pensados como herramientas políticas estratégicas permitían avizorar caminos de creciente independencia, alternativos a la mirada única del desarrollo planteada por las grandes potencias. El modelo viable asociado al proyecto Cybersyn en el Chile de Allende o el Modelo Bariloche de crecimiento económico son dos ejemplos.

 

  1. Las disputas por el suelo se asentaron siempre en una profunda simbiosis entre agentes humanos y no-humanos. Es imposible narrar la historia de Latinoamérica sin mostrar las múltiples ontologías que hacen del suelo siempre un entramado entre tecnologías, naturalezas y seres humanos. La historia del suelo permite mostrar no sólo la multiescalaridad, los tiempos inscriptos en los estratos, sino el carácter plural de los mundos que existen en un territorio.

 

  1. Resultan necesarias herramientas que permitan, a su vez, trabajar sobre el carácter fragmentario de los mundos del Antropoceno y construir una interfaz planetaria. Una interfaz para la pluralidad de mundos existentes. Esta interfaz será posible activando el potencial democratizador de la programación computacional. Cuando la computación se transforma en un fenómeno ubicuo se convierte en una meta-tecnología.

 

  1. La interfaz planetaria es posible por la programación a gran escala, acelerada por el desarrollo del machine learning que conjuga la captura masiva de datos y un enorme poder de cómputo, especialmente en los procesadores de lenguaje. Considerar a la computación ubicua actual como meta-tecnología implica que las características, análisis y tendencias que se le asocian son válidas para algunos ensamblajes computacionales específicos, no son una necesidad de cualquier manifestación de las tecnologías computacionales. Las posibilidades algorítmicas son infinitas y por consiguiente sus articulaciones tecnopolíticas son siempre contingentes.

 

  1. La discusión tecnopolítica actual parece gravitar alrededor del desarrollo de la IA, de la carrera por liderar estos desarrollos pero también por fomentar diferentes imaginarios. La discusión geopolítica parece atrapada entre un prometeísmo ilustrado que busca resolver todo problema ambiental mediante una geoingeniería global y un posthumanismo autonomista que enarbola los lenguajes de la resistencia. Todo análisis del presente requiere analizar el cruce entre tecno y geopolítica: una IA del antropoceno irregular. Para ello, por un lado, vale señalar que ambos términos del sintagma “inteligencia artificial” son inadecuados para describir los actuales sistemas, preferimos mantener el acrónimo IA para referir a la noción de “cognición computacional” asumiendo que la noción de “cognición” es más amplia y menos antropomórfica que la de “inteligencia”, mientras que “computacional” es más precisa que “artificial”, ya que esta última incluye casi cualquier acción humana. Por otro lado, el término Antropoceno ha dado lugar a profusas discusiones por la restitución de un universalismo que unifica a la humanidad como totalidad responsable de la devastación ambiental, preferimos mantenerlo alojando en su seno una equivocidad que no solo lo vuelve plural o irregular sino objeto de disputas políticas. Una inteligencia artificial del Antropoceno, o mejor, una cognición computacional planetaria es condición para pensar el carácter fragmentario del mundo e imaginar futuros deseables.

 

  1. La carrera por la IA ha permitido a las corporaciones globales tomar la iniciativa, ya que a diferencia de la mayoría de los desarrollos de software, ésta requiere de grandes infraestructuras de hardware y acceso a la producción de datos. Recuperar este tipo de software como acervo de lo común, en línea con el siempre presente movimiento de software libre, es condición para la construcción de otros futuros geotecnopolíticos. Esto es posible en lo inmediato e implica re-actualizar las posibilidades emancipatorias intrínsecas a las tecnologías computacionales alojadas en múltiples mundos como extensión y potenciación de las capacidades cognitivas generales. Estas posibilidades emancipatorias se encuentran en los modos en que la cognición computacional excede lo humano constituyendo una interfaz de múltiples existentes. La tarea es imaginar una cognición computacional más allá de lo humano sin caer en un transhumanismo que solo restituye un humanismo uniforme.

 

  1. Una característica relevante de las mediaciones computacionales es la capacidad de relacionar diferentes órdenes de magnitud sin que esto sea manifiesto en la forma técnica misma. Esto tiene consecuencias importantes en el ámbito político, ya que las capacidades de interacción, de visibilidad y de análisis adquieren otras escalas. La multiescalaridad que exige abordar un Antropoceno irregular encuentra en la computación actual una posibilidad. Frente a la captura masiva de datos por plataformas y a la carrera por definir la Inteligencia Artificial la tarea parece doble: mostrar el carácter plural de la tecnología y restituir su uso común. Desarrollar herramientas tecno-conceptuales capaces de dar cuenta de las múltiples escalas en las que tiene lugar lo político.



  1. Los diseños de la política

 

  1. Una de las características del Antropoceno es el incremento masivo de la entropía, esto es de la disipación de energía y el agotamiento de los potenciales dinámicos y de la capacidad de regeneración de los recursos, tanto materiales como cognitivos. El agotamiento de la regeneración de recursos cognitivos y sociales encuentra un lugar privilegiado en la política. Su crisis surge de la utilización de herramientas teóricas y prácticas de un mundo inexistente. Las mediaciones computacionales y los problemas ambientales requieren un nuevo vocabulario político. Las tareas urgentes surgen de dar lugar a la lengua política de nuestra época.

 

  1. La primera tarea es negativa: abandonar cualquier concepto político que haga de la tecnología o de la naturaleza fenómenos exógenos que afectan el mundo de las relaciones humanas. No se trata de pensar ni un determinismo tecnológico o natural que afectaría el mundo político, ni la tecnología o la naturaleza como meros campos de aplicación de la política. No hay política actual sin el entramado irreductible de tecnología y naturaleza.

 

  1. La segunda tarea es analítica: generar un marco de comprensión general que identifique las transformaciones contemporáneas en los vínculos entre los seres humanos y más allá de ellos. En el vínculo entre los seres humanos es necesario dar cuenta de la creciente aceleración de las transformaciones sociales y las formas de vida, el ascenso de una economía de la atención que reordenan las disposiciones perceptivas, afectivas y emocionales; la automatización de espacios de decisión a todo nivel que son “delegados” a instancias computacionales parcialmente “oscuras”; la precorporación de los deseos y los comportamientos a través de la constitución de perfiles procesados por instancias algorítmicas e integrados a la arquitectura de plataformas. El punto de partida es comprender que categorías como pueblo, sociedad, proletariado, ya no dan cuenta del entramado de vínculos atravesado por mediaciones tecnológicas y la irrupción del planeta. Analizar las formas de lo que supo llamarse relaciones sociales implica redefinir los fenómenos a los cuales hay que prestarle atención.

 

  1. La tercera tarea es propositiva: el desafío abismal es encontrar, imaginar, inventar una definición de política que pueda dar cuenta de una agencia distribuida entre existentes humanos y no-humanos. Sea en la IA o en otras mediaciones computacionales, sea en los fenómenos climáticos, nos encontramos ante formas políticas que articulan nuevos existentes: algoritmos, sequías, plataformas, virus, incendios. Si la polis siempre estuvo constituida por relaciones que excedían la interacción entre seres humanos, hoy más que nunca hay que imaginar una política donde nada quede excluido. No se trata sólo de definir de nuevo la política, sino todo un vocabulario donde palabras como acción, libertad, democracia, emancipación, etc., encuentren nuevos sentidos.

 

  1. La cuarta tarea es práctica: la política se juega actualmente en terrenos diversos. En la economía de la atención, la construcción de perfiles, la automatización de procesos de decisión. En una geología de los medios, la extracción de materiales del suelo, la expansión de virus, bacterias, hongos, parásitos. Las prácticas de la política se plantean en otros territorios: mediaciones computacionales como instrumentos para las formas tradicionales de las organizaciones políticas y las campañas electorales, mediaciones naturales que abren a nuevos actores políticos como minerales, virus o especies.

 

  1. Para sintetizar es posible identificar dos movimientos. De un lado, identificamos una vacilación profunda de lo que entendemos por política, sin tener todavía un consenso sobre una nueva definición. Elementos centrales de su acepción como libertad, acción, decisión, hoy están en discusión no solo porque no se vislumbra un sentido común entre los “humanos”, sino porque son transferidos a dispositivos maquínicos y existentes naturales. De otro lado, identificamos la necesidad de formular una tecnopolítica cosmológica a la altura de nuestro tiempo donde debemos incorporar a existentes no-humanos a la política, distribuir la agencia de modo amplio, pensar en escalas temporales astrofísicas. Estamos ante un nuevo régimen de sentido de la política que debe exceder cualquier definición humana demasiado humana.

 

  1. En este nuevo régimen de sentido es necesario abordar cómo las transformaciones tecnológicas y naturales en curso suelen acarrear inicialmente efectos entrópicos, pero también habilitan procesos anti-entrópicos. Esto implica dar cuenta de cómo ciertas tecnologías digitales y entramados de existentes no-humanos en su enorme versatilidad constituyen meta-niveles de organización. Los procesos entrópicos y anti-entrópicos hacen de la política un fenómeno termodinámico. La política se juega en las magnitudes que producen equilibrios o caos.

 

  1. En este nuevo régimen de sentido es necesario activar las posibilidades intrínsecas y obliteradas en los desarrollos de tecnologías cognitivas y entrelazamiento de múltiples existentes. Esto implica identificar, con precisión, de qué modo la disputa actual se encuentra en la limitación de las potencias alojadas en la tecnología y la naturaleza. Los enclosures tecnológicos o naturales, la opacidad construida, la apropiación planificada, siempre son modos de cercenar posibilidades. Se trata de restituir a un uso común para desarrollar la potencia de los entramados tecno-naturales.

 

  1. En este nuevo régimen de sentido es necesario desactivar aquellos imaginarios que hacen de la tecnología sólo una herramienta de control y de la naturaleza sólo el lugar de recursos que siguen leyes inmodificables. Confrontar contra cualquier defensa del excepcionalismo humano es mostrar que el carácter plural de los procesos tecnológicos y naturales los convierte en objeto de disputa por sus mismos potenciales emancipatorios. Si bien estamos ante la posibilidad de una gubernamentalidad algorítmica de escala planetaria, esta es solo una posibilidad. La disputa política actual se encuentra en cómo diseñar la coevolución de humanos, tecnología y naturaleza. En las formas de diseñar, sin reducirlas a un voluntarismo humano, se juega la política por venir.

 

  1. E. Hacia una geotecnopolítica

 

  1. Si la real-politik designa tradicionalmente el modo de configuración de las relaciones geopolíticas internacionales, hoy es necesario pensar una geo-tecno-política. La geotecnopolítica actual está signada por la polarización entre Estados Unidos y China, con otros bloques, como Europa o Rusia, actuando entre ellos de diversos modos. En este contexto, los países latinoamericanos están presionados en relación con sus recursos energéticos y atravesados por fracturas y líneas de tensión. El ascenso de las nuevas derechas es, quizás, el dato más significativo de este momento histórico.

 

  1. El punto de partida de cualquier política es reconocer estas disputas geotecnopolíticas y la emergencia de las derechas radicales como forma política singular. En este escenario, la tarea es construir una política radical que confronte con la propuesta de la derecha radical sin apelar a ninguna nostalgia de pasados idealizados. Para ello hay que desactivar cualquier propuesta que suponga la resistencia en vistas a detener un proceso en marcha. El desafío no es retroceder ni resistir, sino disputar el futuro. La tarea de una geotecnopolítica es ofrecer un futuro deseable que encauce el malestar contemporáneo.

 

  1. Para ello hay que definir estrategias que: restituyan las fuerzas de instancias públicas para definir políticas frente al avance exclusivo de empresas privadas; apuesten por volver bienes comunes todo aquello que mediante delimitaciones es apropiado sólo para el lucro privado; establezcan como principio la multiplicidad en el seno de la tecnología y la naturaleza, tecnodiversidad y geodiversidad que destituyen cualquier política de adaptación a una misma línea de progreso trabajando en el seno de las mediaciones computacionales y naturales en marcha.

 

  1. Para ello hay que definir nuevamente los territorios en los cuales se disputa la política. Estamos ante una nueva topología que se define desde la imbricación de diferentes capas materiales y digitales. Esta comprensión no puede ser meramente instrumental, sino que debe asumir la geotecnopolítica actual, donde lo tecnológico constituye el ambiente. Esta topología exige pensar de otro modo las organizaciones políticas que no se reduzcan a la confrontación interna desde la resistencia a lo que existe, y que permitan albergar diferencias, que se constituyan de una manera intrínsecamente heterogénea. Modos de organización que ofrezcan una alternativa de futuro más justo en el entramado de capas digitales y naturales.

 

  1. Hace falta una nueva teoría de la organización política, o mejor, una gramática política que permita precisamente la articulación de los entramados entre humanos y no-humanos que definen el mundo actual. Para ello es necesario mostrar a la vez cómo en la tecnología y en la naturaleza se dan múltiples disputas y se alojan posibilidades de invención inéditas. La co-evolución entre formas políticas, procesos tecnológicos y estratos del suelo es un espacio para la creación conjunta, sumamente versátil y todavía virtualmente inexplorado. Abrir modos más justos de diseñar esa coevolución es la única política con sentido.
  • Emmanuel Biset
    Biset, Emmanuel

    Emmanuel Biset es doctor en Filosofía (Université Paris 8 y Universidad Nacional de Córdoba). Investigador del CONICET y Profesor de la Universidad Nacional de Córdoba. Dirige el proyecto “Arqueologías del porvenir” (https://arqueologiasdelporvenir.com.ar). Su última publicación es el libro colecto “Arqueologías políticas del porvenir” (UNC, 2023)

  • Javier Blanco
    Blanco, Javier

    Javier Blanco es doctor en Ciencia de la Computación por la Universidad de Eindhoven (Países Bajos). Es profesor titular y director de la Maestría Tecnología, Políticas y Culturas, en la Universidad Nacional de Córdoba. Trabaja en las áreas de métodos formales, filosofía y computación, filosofía de la técnica y tecnopolítica.